El suicido no entiende de escalas ni categorías

La pregunta que todos os hacéis con insistencia y que no deja de rondar vuestra cabeza estos días, que os agobia y os entristece enormemente es el porqué. ¿Por qué nuestro amigo y vuestro compañero Alberto, ha decidido poner fin a su vida?. Os preguntáis con rabia, con dolor, ¿qué pude haber hecho yo para ayudarlo?, ¿Por qué a él?. No os culpéis, no os responsabilicéis de nada.

Así comenzaba el sermón el párroco que ofició la misa por la última víctima de la lacra de los suicidios en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El funeral, se celebró el pasado miércoles en la localidad de Monterroso. Hasta allí, se desplazaron decenas de compañeros para compartir el dolor y apoyar a familia y amigos, para tratar de superar tan inesperada marcha y rendir homenaje a esta gran persona. Alberto, era un gran Policía y un fenomenal compañero. Amigo de sus amigos, servicial y buen profesional. Era respetado y querido por todos los integrantes de su Unidad. Nunca había manifestado ningún problema, ni laboral ni personal. Nadie podía imaginar ese desenlace. Trabajó durante su turno de mañana, incluso estuvo bromeando con los compañeros antes de su último relevo. Alberto, se convierte en otro Ángel Custodio damnificado por este mal, que ahora, hace que reflexionemos y nos preguntemos qué está pasando en la Policía.

La mayor parte de las causas, están relacionadas principalmente con problemas personales del funcionario pero no podemos decir que ese es el único motivo y desvincularlo totalmente de nuestra profesión. Disponer de un elemento facilitador, como el arma de fuego, facilita la ejecución de una idea suicida. Un buen amigo y compañero cercano de Alberto, compartía conmigo poco antes del funeral: “si no fuese Policía, hoy estaría entre nosotros”.

A pesar del sentir general, los casos no han aumentado. Estamos en la media de los últimos 17 años. Sí es cierto que ahora, se habla de ellos. No hace mucho, la DGP, se esforzaba en tapar el problema. En tratarlo como tabú. Ahora, se conocen, se estudian y se visibilizan. Esto es, en buena parte, culpa de las plataformas, como www.vivecnp.es que analizan y ponen sobre la mesa las conclusiones obtenidas, fruto de un minucioso trabajo que se centra en datos objetivos e información contrastada. En las memorias anuales que publican en su página web, se puede comprobar la importante labor que han realizado desde su nacimiento, hace poco más de 2 años y medio.

El número de casos en la Policía Nacional, duplica la tasa de la población civil. A día de hoy, gracias a la presión de las organizaciones sindicales y de plataformas como la reseñada anteriormente, se ha conseguido que la DGP trabaje en la confección del primer “Protocolo de prevención del suicidio en la Dirección General de la Policía” que acotará responsabilidades y delimitará acciones en esta materia.

Este mal, en 2017, está pegando más fuerte en unos lugares que en otros. Canarias y Galicia en lo que va de año, suman casi el 70% de los casos registrados en todo el territorio nacional. El último en Canarias, un comisario en activo, el primer suceso de la Escala Superior conocido. Y es que el suicidio, no entiende de escalas ni de categorías.

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