Amistades peligrosas

Sindicatos policiales, asociaciones de la guardia civil y colectivos de víctimas de terrorismo suman esfuerzos y ponen en común los distintos recursos y escritos presentados ante juzgados e instituciones con el objetivo de evitar la atrocidad que pretende reescribir la historia  a través de la ley vasca de abusos policiales, convirtiendo a los verdugos en víctimas, y a las víctimas en verdugos. Por ello, 14 organizaciones se han sumado a esta causa comprometiéndose a actuar bajo la neutralidad e imparcialidad política y con el único objetivo de hacer reflexionar al gobierno sobre la inoportuna e inadecuada retirada del recurso de inconstitucionalidad frente a una ley cuya comisión de valoración no sería imparcial, y que juzgaría de nuevo unos hechos ya sentenciados, todo ello, sin las garantías procesales requeridas y con la intención de blanquear la oscura trayectoria de algunos, y de empañar la clarividente acción de otros.

 

Mientras los sindicatos policiales y las asociaciones de la Guardia Civil; Defienden que no se altere y manipule la historia; Que se reconozca la abnegada, ingrata y necesaria actuación de las FFCCSS para derrotar a ETA; Que se distinga el sufrimiento y el reconocimiento ejemplar de las víctimas del terrorismo etarra; Otros que se erigen en adalides de la defensa real y verdadera de los derechos sociolaborales de los policías y guardias civiles, y manifiestan haber venido a regenerar la actividad sindical e institucional en las FCSE, se reúnen, y en algunos casos escenifican con especial simpatía, con quienes criminalizan de manera constante y reiterada la labor de las FCSE; Con esos que han mostrado su reiterada solidaridad y apoyo con los agresores de los guardias civiles en la localidad Navarra de Alsasua; Con quien ha criticado e interpelado por la actuación policial en Lavapiés; O con aquellos que se han retratado con terroristas de ETA como si fueran hombres de paz.

 

Estas son las compañías de los que nunca se iban a convertir en sindicato pero que acabaron traicionándose a sí mismos. De los que eran apolíticos pero que a día de hoy, van dando bandazos para no perder su cota de protagonismo. Son las amistades peligrosas de Espinosa y Cía.

Roberto González.

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