No todo vale

La manifestación del pasado día 20 de enero en Barcelona, fue un éxito. Miles de compañeros se desplazaron desde distintos puntos de España para alzar la voz contra esta tremenda injusticia salarial. El día 29 de noviembre de 2017, en una reunión conjunta de todos los sindicatos de PN y asociaciones de GC con Jusapol, se acordó celebrar una multitudinaria manifestación en Barcelona, el 20 de enero. Al mismo tiempo y para no perjudicar a los guardias civiles, se determinó que la comunicación de la manifestación, la hiciese Jusapol. El llamamiento fue unánime de todos. Barcelona era un gran escenario para llenar sus calles y demostrar una Unidad sin fisuras. El día 12 de diciembre, tal como se había decretado, Jusapol hizo la comunicación de la manifestación. Mientras tanto, se organizaban viajes desde distintos puntos de España. Tras una reunión posterior de la Unidad de Acción con Jusapol para concretar diferentes aspectos de la manifestación, Jusapol decidió romper la Unidad de Acción y prohibía portar cualquier tipo de siglas el 20 de enero en Barcelona a pesar de haber consensuado la fecha y el lugar con el resto de organizaciones. Aun así, numerosos representantes del SUP asistimos a la misma, porque consideramos que debemos apoyar cualquier iniciativa encaminada a este fin. Y lo hicimos, respetando las normas de quien, sobre el papel, era el organizador, acudiendo sin siglas. Tras llegar a mi domicilio, después de una semana difícil a nivel personal y de un día y de un fin de semana convulso por los acontecimientos sucedidos en la comisaría de Ourense, me encuentro una oleada de ataques en las redes sociales por hacerme, fuera de la manifestación, dos o tres fotos con las siglas del SUP. Me llegan audios con todo tipo de insultos y calumnias. Discriminación, odio y repulsa por el simple hecho de ser representante sindical y por defender aquello en lo que creo, que es el proyecto del Sindicato Unificado de Policía pero lo que más me duele, que esas injurias provenían de mis propios compañeros.

Nadie pone en duda el trabajo de Jusapol. Cuanto más ruido se haga mucho mejor. Es fundamental su papel para lograr la equiparación pero no entiendo ni comparto esas descalificaciones del sector más radical de a este movimiento. No comparto tampoco la estrategia de pedir bajas masivas de los sindicatos policiales. Los sindicatos han estado, están y estarán por la equiparación salarial y por la defensa de los derechos de todos los funcionarios policiales. Es cierto que no han tenido fortuna pero su trabajo es incuestionable. Los vientos favorables de este momento, hacen posible visibilizar la ansiada equiparación. Estar sindicado es una garantía perfectamente compatible con apoyar a Jusapol. Sin ir más lejos, a Roberto González lo sancionaron hace dos años por defender los derechos de unos compañeros ante una situación injusta. 5 días de empleo y sueldo que me cubrió el seguro del sindicato, además del asesoramiento y cobertura jurídica. A otra compañera adscrita a mi comisaría, hace un año, tras una resentida denuncia de Asuntos Internos, la expedientaron con 75 días de suspensión de funciones que también le abonó el seguro. El eslabón más débil de la cadena es el más perjudicado en caso de no contar con un sindicato fuerte que nos defienda. Y es que para poner en valor la labor de unos, no es necesario ensuciar la del resto.

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